Nueva York es la ciudad de las mil caras. Nunca te cansas de ella y siempre busca sorprenderte. Auténtica de día y alocada de noche, no hay forma alguna de detestarla. Su flexibilidad la hacen adaptarse a cualquier tipo de viajero. Si odias las compras, da igual. Seguro que te apasionarán sus museos. Si detestas lo dulce, no te preocupes. Quedarás boquiabierto contemplando la ciudad desde algún rascacielos.
Al estilo de Coca-Cola, emulando el mítico “para los gordos, para los flacos, para los altos, para los bajos”, os presentamos las múltiples facetas de la camaleónica Nueva York, ciudad de…
Las compras
Es inevitable pensar en la Gran Manzana sin imaginarse a uno mismo andando por las amplias avenidas y cargando miles de bolsas. Y es que esta ciudad es, realmente, el paraíso más preciado para los amantes de las tendencias, los enamorados de las piezas vintage e incluso para aquellos cuyo estilo no se puede ni determinar. Nueva York acoge a todo tipo de compradores (¡no solo compulsivos!) que van desde lo freak a lo más posh o clásico.
Esta riqueza hace de esta ciudad un destino estrella para este tipo de actividad. ¡Incluso existen rutas especializadas! Lo cierto es que si estás pensando en ir a Nueva York por las compras, más vale que te organices bien el tiempo. Las tiendas son tan extraordinariamente enormes que puedes pasar tranquilamente toda una mañana en una.
Además, te recomiendo que te aventures un poco en las entrañas de la ciudad, pues ¡no solo existe la 5ª Avenida y los grandes almacenes! Hay callejuelas que invitan a entrometerse en pequeñas tiendecitas de artesanos y artistas, y os aseguro que sus propuestas resultan de lo más inspirativo.
Los artistas
“If I can make it there I’ll make it anywhere”. ¿Estaría en lo cierto Sinatra en su mítica canción? Muchos jóvenes artistas han apostado por esta ciudad para expandirse en el ámbito creativo.
Actores y cantantes en Broadway, diseñadores en el Soho, artesanos en Brooklyn y pintores que deben su inspiración a las vistas que ofrece el grande Central Park.
Y es que Nueva York está atiborrada de ofertas artísticas y culturales que van desde exposiciones de arte sofisticadas a mercados de artistas en cualquier rincón perdido.
Los museos
Puede que uno de los puntos que convierten Nueva York en una casa de acogida para los artistas sea la amplia propuesta cultural que ofrece. Cuenta con una lista interminable de museos, de los que muchos están considerados los mejores del mundo.
Algunos de los más conocidos e interesantes son:
El MoMA, en pleno Midtown, en el corazón de Manhattan, es el museo de arte contemporáneo por excelencia.
El American Museum of Natural History, en el Upper West Side, tocando a Central Park, es el famoso museo que cobra vida durante la noche bajo la vigilancia de Ben Stiller en Noche en el museo. Su gigantesco complejo reúne una extensa exposición que va desde la historia humana, pasando por el Universo y la naturaleza.
El Metropolitan Museum of Art, conocido también como “MET”, está situado en el Upper East Side, en la 5ª Avenida. Dedica innumerables halls al trabajo de algunos de los artistas más famosos del mundo: Picasso, Rembrandt, Monet…
El Guggenheim, también situado en Upper East Side, es a primera vista, impactante por su ondulada arquitectura, pero una vez dentro, su interior resulta igual de imponente. Alberga desde numerosas exhibiciones de arte impresionista hasta el arte más moderno.
Finalmente, el famoso museo de cera Madame Tussauds es especialmente divertido de visitar. Cuenta con figuras de personajes de Hollywood, estrellas del mundo de la música, la televisión, la política, el deporte…
Los taxis
Los yellow cabs, los míticos taxis amarillos, son ya todo un símbolo de la ciudad. Y es que las series y las películas los han convertido en un verdadero emblema de la Gran Manzana.
La verdad es que al principio puede resultar un poco estresante.Taxi por allí, taxi por allá… Pero al final son una muy buena opción de transporte. Es incluso la más utilizada por los neoyorkinos, después del metro, claro.
Los dulces
Dejar Nueva York sin antes haber probado el delicioso cheesecake neoyorkino es un verdadero crimen. Su fina base de galleta molida en contraste con la frondosa y densa capa de queso, hacen de este pastel el festín de los festines para cualquier paladar. Los puedes encontrar adornados con frambuesas, arándanos, chocolate… ¡Un sinfín de posibilidades!
¿Se te hace la boca agua?
Pues esto no lo es todo. Los neoyorkinos son grandes amantes del dulce en general, y por si no fuera suficiente, es muy fácil toparse con pequeños establecimientos pasteleros y de cupcakes en todas las esquinas.
Como el famoso Magnolia, donde se reúnen las glamurosas chicas de Sexo en Nueva York. ¡Y por no hablar de la gigantesca tienda M&M, la auténtica locura del chocolate!
De mil colores diferentes, de formas y tamaños distintos y de rellenos tanto salados como dulces. ¡Qué delicia!
Las películas
¿Qué voy a contarte sobre Nueva York y las películas que no sepas ya? La ciudad está repleta de rincones que transportan a uno a numerosas escenas de películas y series. El apartamento de Carrie Bradshaw de Sexo en Nueva York, el barrio de Little Italy de El Padrino, el del Soho de la romántica Ghost, el Empire State de King Kong, la estación Gran Central de Con la muerte en los talones de Hitchcock, el Hotel Plaza de Solo en casa, el edificio Dakota de La semilla del diablo, el curioso Flatiron Building de Spiderman, y así, les seguirían centenares de rodajes producidos en la gran ciudad.
Pero si una película no podía faltar, era claramente la encantadora Desayuno con diamantes, con Audrey Hepburn en el Tiffany’s de la 5th Avenue. ¿Quién no querría ser la mismísima Holly Golightly y desayunar una pasta con café y leche delante de un expositor de diamantes bajo un precioso vestido negro de Givenchy? Como fan incondicional de Audrey Hepburn y, especialmente de Breakfast at Tiffany’s, no pude resistirme en soñar ser ella por unos segundos.
Con la mayor vergüenza y sintiéndolo todo y nada, me planté delante del famoso expositor, me hice un moño, me puse las gafas, los guantes y el vestido y, por fin, cumplí el deseo que encabeza mi lista de proposiciones.
He de reconocer que los pelos se me pusieron de punta y, por unos instantes, una extraña sensación de pena me invadió los ojos. ¡Ay mi querida Audrey!
Las alturas
Visitar Nueva York por primera vez significa pasear por las calles con la cabeza en alto. Los altísimos rascacielos te envuelven vayas donde vayas. Te hacen sentir una hormiguita en medio del murmullo constante. ¡Incluso parece que se te tiren encima!
Claro es el caso del Empire State, con 102 pisos y 447 metros de altura, o el Top of the Rock o Rockefeller Center, en cuya plaza se alza el famoso árbol de navidad frente a la pista de hielo. O el edificio Chrysler, bajo mi criterio, el más especial de todos. Más recientemente está la Freedom Tower, que se eleva hacia el cielo justo en el World Trade Center, donde estaban situadas las Torres Gemelas.
Nueva York es, sin ninguna duda, una ciudad para vivirla también en las alturas. Allí arriba todo parece ir lentamente, el ruido de los coches intenta desvanecerse y, al final, el silencio casi absoluto invade los puntos más altos de cada edificio.
Las vistas
Entonces… ¿Nueva York es distinta desde allí arriba? Absolutamente sí! Ver Nueva York desde las nubes es algo que no te puedes perder.
Aunque el más visitado sea el Empire State, es mucho más recomendable subir al Top of the Rock, también conocido como Top of the World, la cima del mundo.
Desde sus distintos miradores se pueden contemplar los rascacielos rodeando al verde pulmón de la ciudad, el Central Park. Desde allí se obtiene una buena vista del Empire State y del Chrysler, así como de otros edificios emblemáticos.
Pero la verdad es que no hace falta subir demasiado para disfrutar de unas buenas vistas.
Con los pies al suelo puede uno gozar de escondites de postal.
La multiculturalidad
Siempre ha tenido fama de ciudad multicultural y hoy en día gran parte de sus habitantes son afroamericanos, puertorriqueños, chinos, italianos, dominicanos, irlandeses, alemanes y judíos.
En un principio, a medida que las oleadas de inmigrantes iban llegando, se fueron formando pequeñas concentraciones étnicas, las cuales buscaban unificarse y establecer comercios conjuntamente. De esta forma pudieron ir adaptándose rápidamente hasta crear grandes barrios tan conocidos como el viejo Chinatown, que se ha ido expandiendo tan desmesuradamente hasta comerse gran parte de la acogedora Little Italy y Losaida, el barrio latino.
O el auténtico Harlem del góspel, el Washington Heights, el Jackson Heights… En definitiva, Nueva York es casa para todos y es una grande anfitriona.
Los enamorados
Puede que para muchos Nueva York sea una ciudad nueva y moderna, pero la verdad es que esconde una antigua historia que la convierte en un cóctel muy atractiva, especialmente para los enamorados. Pues se podría decir que está hecha para ellos.
Dulces para compartir, cafeterías acogedoras, esquinas con encanto, paseos en barca, cenas en las alturas, escenografías de Hollywood, tardes de picnic en Central Park…
Definitivamente, en Nueva York se respira amor.
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Cómo llegar
Dónde dormir
45 East 45th Street & Madison Avenue, New York, New York 10017
Tel: 212-661-9600 / Mail: reservations@rooseveltnyc.com
Cómo llegar a los EEUU sin visado
En un principio, si tu estancia va a ser por un periodo inferior a los 90 días, no necesitarás ningún visado. Con el formulario ESTA será suficiente y podrás ahorrarte tanto los costos como las largas colas en la embajada para tramitar tu visado convencional.
Para ello deberás ser ciudadano de uno de los 38 países que se integran en el programa ESTA y entre los que se encuentran España, Andorra o Chile.
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