En un recóndito país centroeuropeo, aguardado entre imponentes montañas y abrigado por verdes bosques, se halla un lago de extremada belleza. Lo custodia un castillo medieval, que reposa en la cima de un acantilado. El agua es de un azul turquesa cuando el sol le mira y de un tono más intenso cuando se esconde en el velo de las nubes. Una pequeña isla se erige en el centro, presidida por una iglesia barroca de blancas paredes, tejados rojizos y campanario grisáceo oscuro, donde miles de parejas locales acuden para su enlace.
Podría tratarse de un espacio ideal de ficción, pero es bien real. Se trata del Lago de Bled y se encuentra en el noroeste de Eslovenia. El decorado convierte este escenario en pura fantasía. Lago, castillo e iglesia crean una fórmula cuyo encanto roza lo esotérico.
Lago de Bled
Senderismo en invierno y playa en verano. Aunque hay varios atractivos que lo envuelven, el Lago de Bled en sí mismo ya ofrece al viajero múltiples posibilidades. Cuando las temperaturas escalan hasta la parte alta del termómetro, los eslovenos buscan como locos espacios donde poder refrescarse. Y esta laguna a unos cincuenta quilómetros de Ljubljana se convierte en una de estas playas de interior, con trampolines para los más activos o zonas de baño para los que deseen remojarse con tranquilidad.
La mejor manera de sucumbir a los encantos del Lago de Bled es explorándolo andando. Rodearlo al completo te llevará una hora y media. Las piezas que componen el bello paisaje van reajustándose al paso del viajero. Contemplar la iglesia en la lejanía desde la zona este del lago, plantarse en la parte sur para verla de cerca o caminar hasta el oeste para encajar iglesia y castillo en el mismo campo visual. También ascender a los montes cercanos para admirar las vistas desde las alturas o explorar los desfiladeros de Bled en Blejski Vintgar, a un paso de la laguna.
Iglesia de Bled
Cualquier mujer eslovena sueña desde su niñez con casarse en la iglesia de la Asunción, construida sobre la única isla de Eslovenia, enmedio del Lago de Bled. Y no es para menos, pues todos los elementos del paisaje podrían aparecer en el mejor enlace de príncipes y princesas. Una pequeña ermita fundida en un entorno natural, custodiada por un castillo y solo accesible en barca.
El novio también debe estar a la altura de las circunstancias. Según la tradición, el hombre debe conducir a la novia remando en barca hasta la isla y, acto seguido, subirla en brazos por la larga escalera que conecta el agua con la iglesia de la Asunción. Con esta acción, romántica para algunos, sexista para otros, el novio demuestra la fortaleza y el amor incondicional a su futura mujer.
Castillo de Bled
En todo cuento fantástico debe haber un castillo y en este rincón de Eslovenia se encuentra a lo grande. Una fortaleza sorprendente no solo por la arquitectura sino también por la situación. Se encuentra en lo alto de un monte, sobre un desfiladero de 130 metros y con el lago a los pies. Algo que convierte este punto de Bled en uno de los mejores miradores del islote y la iglesia, accesible en coche, ideal para los viajeros que se detengan para una visita rápida.
Más allá de admirar el paisaje, el castillo también se puede visitar. Hacer un recorrido rápido por el interior de esta construcción medieval, cuyas primeras referencias datan del siglo XI, y fantasear con los vestigios que se conservan de aquel tiempo. Sobretodo en un antiguo taller, donde el herrero muestra al viajero cómo se trabajaba en la época y lo deleita con su destreza, confeccionando desde utensilios del hogar hasta piezas artísticas.
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Cómo llegar
Dónde dormir
Big Berry Luxury Landscape Resort
+386 64 241 324